一、宗教格言诗

¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos, siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía
que echa flores
al jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar

二、塞维利亚知多少

Sevilla huele a jazmín, Sevilla huele a azahar, Sevilla huele a incienso. Es primavera en Sevilla. La blancura del primer naranjo en flor anuncia, con su aroma, la llegada de la Semana Santa. Un reloj de olores que invita al rezo, a la emoción, al silencio, al aplauso, al fervor... Procesiones religiosas a la luz de las velas

塞维利亚是茉莉花的味道,是甜橙花的味道,是熏香的味道。这是春天的塞维利亚。一缕白色冲破初生的甜橙树,伴着第一朵花的绽放与馨香,宣告了圣周的降临。

La Semana Santa de Sevilla no es sólo un espectáculo, es una experiencia. Se van a revivir los tremendos sucesos que tuvieron lugar en Jerusalén durante la Pascua de nisán hace dos mil años. La ciudad se transfigura. Cesa la vida cotidiana. Emerge algo antiguo, primordial. Es Semana Santa. El multitudinario público se congrega alrededor de sus imágenes sagradas, cuyos pasos representan las distintas etapas de Jesucristo: la Pasión, la Muerte y la Resurrección. ¿Quién no ha oído hablar del Gran Poder o de la Macarena? ¿Quién no sabe de la existencia de sus procesiones, de sus luces, de sus oros? Sin embargo, pocos son, fuera de Sevilla, los que conocen en que consiste realmente la fiesta famosa, cómo se siente, cómo se vive, cómo puede verse con la sensibilidad necesaria para captar algunos de sus muchos matices.

塞维利亚的圣周不仅是一场演出,一种体验。它再现了两千年前耶路撒冷城复活节期间的巨变。日常生活骤停,重现旧时代的古老。这就是圣周,公众重新走到圣人周围,那些代表这耶稣不同时期的雕像前,感受着:受苦,死亡,升天。

Es la época de pasear; de gozar viendo sus pasos en esos rincones junto a viejos edificios de blanco y albero, de plazas y callejuelas que, unidas al olor del azahar o del jazmín y al sonido de las fuentes, cautivan al forastero. Por donde vaya, en esta época, tiene un color especial y un aroma exclusivo. Sevilla, color y aroma.

这是漫步的时节,在城市的各个角落,寻访那些古老斑驳的屋舍,享受穿行于广场间,街头巷尾的时光。混合着柑桔花或茉莉花的气息,喷泉动听的声响,都会让你我这些陌生人着迷。无论你路在何方,圣周的塞维利亚是独一无二的,在她的色彩与芬芳。

La Giralda

«Giralda en prisma puro de Sevilla» escribió Gerardo Diego de esa sultana de las torres que levantó Ahmad ibn Baso. «Giganta de Sevilla», como la llamó Cervantes a esa joya arquitectónica. A su sombra se respira Sevilla y hasta el azahar tiene aromas de ese maravilloso alminar cristianizado, que antes lo fue de la mezquita sevillana. Bajo sus pies, el paso de la Virgen de los Dolores reproduce una estampa única de la Sevilla cofrade. Una bellísima imagen de esta ciudad.

La Catedral

La catedral de Sevilla está situada sobre el emplazamiento de la Gran Mezquita erigida en el siglo XII. La Mezquita fue convertida en Catedral cristiana cuando la Ciudad fue conquistada por Fernando III de Castilla, sin que por ello se alterase su estructura arquitectónica.
En 1.401 se decide levantar un nuevo templo, existiendo la tradición de que uno de los canónigos, cuando se tomó el acuerdo pronunció la frase: "Hagamos una iglesia tan grande que los que la vieren acabada nos tengan por locos".La frase no resulta exagerada, ya que es el mayor templo gótico del mundo y el tercer templo de la cristiandad tras San Pedro del Vaticano y San Pedro de Londres. Esto nos da una idea de la imposibilidad de mencionar ni siquiera una pequeña parte de los tesoros artísticos que contiene. En la imagen, el Cristo de la Misión con la catedral al fondo, con motivo de su traslado para la muestra nacional de arte cofrade 2006.

Barrio de Santa Cruz, sabor judio

Uno de los barrios más emblemáticos de Sevilla, donde la tradición situó siempre la judería. Con calles de una anchura tal, que se puede abarcar con los brazos extendidos. Dando a la recoleta plaza de doña Elvira se encuentra el Hospital de los Venerables, edificio barroco, con patio, frescos de Juan Valdés en la iglesia y una hermosa azulejería en la sacristía. Y luego, uno puede perderse por el Callejón del Agua, pegado a la muralla del Alcázar, o aspirar el sabor en la calle de la Pimienta o acercarse a la encantadora plaza de Santa Cruz, con su hermosa cruz que da nombre al barrio, plaza que guarda el misterio de la tumba de Murillo o la tragedia de la judía de Susona. En la céntrica calle de Mateos Gago se encuentra la parroquia de Santa Cruz. En la imagen vemos al Cristo de las Misericordias discurriendo el Martes Santo por la plaza de la alianza

Torre del Oro

Fue levantada en el primer tercio del siglo XIII, en los postreros momentos de los reinos de Taifas. Su nombre en árabe era Borg-al-Azajal, que venía a expresar, que el revestimiento de azulejería dorada que destellaba al sol era como el oro y se reflejaba en el río dañando la vista.
La leyenda cuenta que la Torre del Oro servía como refugio a las damas que cortejaba el Rey PedroI el Cruel, mientras que su esposa, María de Padilla, habitaba en el Alcázar. Posteriormente nuestro monumento pasó a ser capilla y prisión.
Hoy en día, la Torre del Oro es tan emblemática para Sevilla como las mismísima Giralda. Aqui observamos, la Virgen de la Victoria acercándose a la Torre en el Jueves Santo sevillano.

Ayuntamiento de Sevilla

Monumento de bellas formas arquitectónicas. Fue creado en tiempos de Carlos I cuando se casó con Isabel de Portugal. Sevilla era la capital marítima y mercantil de España y del mundo. Carlos I ordenó construir el edificio donde entonces estaban las lonjas de las antiguas pescaderías,que se encontraban en un lugar céntrico y representativo de la ciudad.
El arquitecto sería Diego de Riaño, goticista tardío, y las obras duraron siete años. A lo largo de los siglos XIX y XX se llevaron a cabo diversas reformas que quitaron partes del edificio primitivo a la vez que se añadían cuerpos nuevos tras la demolición del convento Casa Grande de San Francisco.
Delante de su fachada la Virgen del Rosario llevada en su palio por la carrera oficial.

Reales Alcázares

El viejo conjunto palatino árabe fue remodelado en tiempos de la Reconquista. Sus patios y estancias exhalan la sabiduría arquitectónica de aquellos siglos. El salón de Embajadores, una soberbia filigrana mudéjar, es el recinto más suntuoso del palacio, construido en tiempos del Rey Pedro I. Bajo sus murallas apreciamos la imagen del Cristo de la Buena Muerte ofreciendo una singular estampa.