安达卢西亚诗歌朝圣路:哈恩——你从哪里来,我的橄榄树?
Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma, ¿quién, quién levantó los olivos? No los levantó la nada, ni el dinero, ni el señor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
Levántate, olivo cano,
Andaluces de Jaén,
Vuestra sangre, vuestra vida, |
No la del terrateniente consagró al centro del día eran principio de un pan que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
Andaluces de Jaén,
Jaén, levántate brava
Dentro de la claridad |
Este poema de Miguel Hernández es un canto a la libertad y a la defensa del labriego quedurante años ha estado sometido a trabajos muy duros y a salarios muy bajos. Es una llamada al terrateniente que durante mucho tiempo ha vivido del trabajo de sus asalariados, sin tener en cuenta sus condiciones de vida infrahumanas.
Estando Miguel destinado en Jaén durante la guerra civil, publica artículos y algunos poemas como Aceituneros. Le crispa la despreocupación de los jienenses. Y sacude su ignorancia con estos inteligentes versos de buena catequesis revolucionaria.
Miguel Hernández desarrolla, con extraordinaria belleza plástica, su cosmovisión integradora de la tierra y el hombre en la armonía del universo. Pregunta a los campesinos, como lo haría en sus mítines por los pueblos, quién levantó los olivos, quién los cuidó, a quién pertenecen... La dialéctica explotador/explotado (os sepultó en la pobreza) exige una solidaria y enérgica práctica de liberación: de la esclavitud a la libertad.
Durante la transición democrática, la versión que hizo el grupo musical Jarcha de este poema, escrito en coplillas como para ser cantado, despertó la naciente conciencia andaluza (Andalucía vive se titulaba genéricamente el disco).