《围城》选段
红海早过了。船在印度洋面上开驶着。但是太阳依然不饶人地迟落早起侵占去大部分的夜。夜仿佛纸浸了油,变成半透明体;它给太阳拥抱住了,分不出身来,也许是给太阳陶醉了,所以夕照霞隐褪后的夜色也带着酡红。到红消醉醒,船舱里的睡人也一身腻汗地醒来,洗了澡赶到甲板上吹海风,又是一天开始。这是七月下旬,合中国旧历的三伏,一年最热的时候。在中国热得更比常年利害,事后大家都说是兵戈之象,因为这就是民国二十六年【一九三七年】。
……海风里早含着燥热,胖人身体给风吹干了,蒙上一层汗结的盐霜,仿佛刚在巴勒斯坦的死海里洗过澡。毕竟是清晨,人的兴致还不没给太阳晒萎,烘懒,说话做事都很起劲。那几个新派到安南或中国租界当警察的法国人,正围了那年轻善撒娇的尤太女人在调情。俾斯麦曾说过,法国公使大使的特点,就是一句外国话不会讲;这几样警察并不懂德文,居然传情达意,引得尤太女人格格地笑,比他们的外交官强多了。这女人的漂亮丈夫,在旁顾而乐之,因为几天来,香烟、啤酒、柠檬水沾光了不少。

Fragmentos de La Fortaleza Asediada
El barco había cruzado el Mar Rojo y navegaba por el Océano Índico, pero un sol de justicia, que se ponía tarde y nacía temprano, seguía invadiendo gran parte de la noche. Como una hoja de papel impregnada en aceite, la noche se convirtió en un cuerpo semitransparente cuando el naciente sol empezó a arroparla con sus brazos y a desdibujar su fisonomía. Quizá aún embriagada por los rayos de aquel sol poniente, la noche no podía quitarse este tono rojizo, aunque ya desvaneciéndose, de que le teñía el crepúsculo. Cuando finalmente el rojo se extinguió y la noche durmió su borrachera, los pasajeros que descansaban en sus camarotes despertaron empapados en sudor, se lavaron y subieron a cubierta para disfrutar de la brisa marina. Comenzaba un nuevo día. Era el mes de julio, la última de las tres décadas de la canícula según el antiguo calendario lunar chino, el período más cálido del año. En China hacía más calor de lo habitual y la gente lo consideraba un presagio de guerra. Era, precisamente, el año 1937, vigésimo sexto de la creación de la República.
… desde hacía varios días soplaba un ardiente viento de mar, los cuerpos de los pasajeros gruesos se habían cubierto con una capa blanca de polvo salino, como si acabaran de bañarse en el Mar Muerto de Palestina. Todavía era temprano y el entusiasmo de los pasajeros no se había marchitado ni requemado con el sol; hablaban y se movían con energía. Unos agentes de policía franceses, que por primera vez habían sido destinados a Annam o a las concesiones francesas en China, rodeaban y flirteaban con una joven judía algo frívola y caprichosa. Bismarck dijo en cierta ocasión que los embajadores y ministros plenipotenciarios franceses se caracterizaban por no saber una palabra de ninguna lengua extranjera. Aquellos policías, a pesar de no entender alemán, eran mucho más diestros que sus altos diplomáticos, y con sus gestos y piropos provocaban las risas de la mujer judía. Su apuesto marido disfrutaba contemplando la escena desde lejos. Durante los últimos días, aprovechándose de la situación, había consumido buenos cigarrillos, cerveza y limonada.